
Recientes investigaciones de historiadores y abogados en conjunto han extraído como conclusión que alrededor de 1861, años de la guerra civil de los Estados Unidos, una enmienda acerca del "buen comer" fue redactada en secreto por los fundadores del placer alimenticio, alimentando a los valientes soldados.
Entre ellos encontramos a el querido Colonel Sanders, gran amigo y compañero de estrategia de el honorable Abraham Lincoln.
Esta Enmienda se compone de varios artículos, que perfectamente explican el lado más suculento de la alimentación. Se fundamenta, además, en cuatro "pilares de la gastronomía", pilares que no solo se mantienen firmes por su integridad, sino por su diversidad racial. (Esto es así gracias a la contribución del Norte, en su lucha por la abolición de la esclavitud y la emancipación de colonias.)
Los pilares son los siguientes cuatro:
-El europeo: en él encontramos la cocina de Alemania, España, Italia y Francia, entre otras.
-El americano: formado por la cocina norteamericana, latinoamericana y México particularmente.
-El de Oriente Próximo: Turquía y Egipto
-El de Lejano Oriente: China principalmente, aunque Japón y la India tienen bastantes influencias.
Estos historiadores han conseguido recuperar en su totalidad los manuscritos, a partir de excavaciones en el subsótano de la Casa Blanca, y su actualización es óptima, casi perfecta:
-Aceptar la buena comida es de inestimable educación. Rechazarla no es patriótico.
-Condimenta tus alimentos, todo aquel que los lleve a su vida, lleva el honor.
-Nunca antepongas una cuchara a un trinchador, es una falta de respeto a tus semejantes.
-Dime lo que comes si buscas la humillación, come sin hablar si amas a tu nación.
-Sea tu hambre por encima de todos, no rechaces la llamada de la naturaleza.
-Donde estén los buenos platos, disponte a degustar.
-Que tu hambre tienda a infinito siempre.
-Si hay hambruza y ganas de jalar, que no te dé reparo la despensa desplumar.
-Si hay hambruza y ganas de jalar, que no te dé reparo la despensa desplumar.
-No comas para vivir, vive para comer.
Además de estos básicas artículos, existen multitud de derechos y leyes que protegen a los buenos comedores.
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