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lunes, 19 de marzo de 2012

Ha sido el Wind

Nos encontramos ante una expresión a priori sencilla, pero que encierra conceptos morales contundentes, tales como echar la culpa a uno de los cuatro elementos. Básicamente, se utiliza para la finalidad que todo el mundo deduce, quitarse la responsabilidad de encima cuando ocurre algún acontecimiento en el que la culpa recae sobre ti.

Su origen es más bien cómico. Nos trasladamos al Puerto Deportivo de Benalmádena, en el que un sujeto A, español, descansa plácidamente en un barco crucero Oceanis 50, 15'10 metros de eslora. Rondan las 6 de la tarde con un viento considerable de terral, 20 nudos aproximadamente, cuando se escucha (y se siente) un temblor que hace reconcomer y sacudir todo el interior (porque si lo hiciese por el exterior sería la puta ostia). De esto que el sujeto se levanta súbitamente y sale a la cubierta para intentar averiguar el origen de tal sacudida, asoma la cabeza y se encuentra un yate,  de 50 pies también, con todo el costado de estribor clavado en el ancla del barco del sujeto A. A los mandos, un sujeto B, inglés, que maniobra sin éxito, avante y atrás toda.
El sujeto A, confiado, de un rápido vistazo confirma que su barco no ha sufrido daños, ya que su ancla ha hecho lo propio con el yate, de modo que no interviene y se pone a contemplar el vertiginoso atraque.
Alejándose del Oceanis 50, el yate retrocede para maniobrar, y de nuevo da avante toda. Pero la variación del rumbo fue ínfima, no como la velocidad, que le hizo estrellarse frontalmente contra el barco de al lado. En esta colisión, el barco del sujeto B, al impactar con el ancla, los estragos los causó en dicho barco. Entre las consecuencias, una deformación total del candelero en el lugar del impacto, y el desprendimiento de la luz que alumbra el pozo de anclas. Lo que viene siendo un buen topin, resumiendo.
Tras este trayazo, después de otros 5 minutos erre que erre consiguió atracar. Cuando se le informó de los daños que había causado al otro barco, su respuesta fue: "Not mine. It was the wind", frase que dijo mientras se encogía de hombros. En su honor e ideosincrasia se ha acuñado esta expresión, que con la combinación inglés-español ilustra perfectamente su actitud, y nos enriquece el lenguaje. Al dueño del barco dañado no le gusta esto.

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